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07/04/2025

PAN DURO

PAN DURO. COCINAR JUNTAS ES UNA FIESTA

Pan duro recupera alimentos y les da un uso nuevo, comunitario y festivo. Mediante activaciones en diferentes espacios y conectando diferentes prácticas y agentes situados, explora sistemas de transmisión de conocimientos, rituales colectivos, ocupaciones o activaciones en el espacio público, archivos de afectos no sólo humanos, maneras de alimentarnos y cuidarnos, usos sostenibles del pan.

Pan duro tiene como objetivo conectar a través de cocinar: abrir diálogo, crear un espacio común donde compartir saberes y sabores, emociones, afectos y alimentos. Aspiramos a generar red y memoria de relaciones sociales y ecológicas en relación a procesos vivos -la fermentación del pan, su recuperación, el cultivo de la tierra, el conocimiento de los procesos de preparación de los ingredientes en relación al territorio, la comida compartida en el espacio público, la transmisión de aprendizajes de manera no dirigida, espontánea, a través de prácticas de celebración. Nos motiva generar conexiones intergeneracionales significativas: procesos de cuidado colectivo, de puesta en valor de la diversidad de trayectorias, de explicitación de los afectos, de lo común. Entendemos y damos gran importancia al carácter político del proyecto -ecofeminista, vinculado a la autogestión, a la responsabilidad colectiva del cuidado de la vida y a la dinamización de patrimonios inmateriales comunes. Queremos cocinar juntas mirándonos las manos.

Hemos trabajado en contextos urbanos y rurales, encontrando fundamental explicitar los vínculos entre ambos ámbitos y las tecnologías alimentarias que intervienen en nuestras activaciones, y proponer nuevos vínculos entre agentes que participan en el contexto cultural -en el sentido más pleno del término ‘cultura’. Investigamos y experimentamos también, en primera persona, sobre propuestas y especulaciones en torno al trabajo, la precariedad, el precio, alternativas, lo productivo y lo reproductivo, lo privado y lo público, la antieconomía.

Pan duro | Jugo – Córdoba |

Javi y Gaby están en Córdoba comisariando, sembrando, haciendo fotos, criando y hablando sobre tierra, fermentación y vinos naturales, antes en La Fragua y ahora desde Jugo. Son amigas antiguas y un río que renueva y refresca. Con ellxs preparamos una activación de Pan duro de 5 días de duración donde preparar la comida de un domingo lentamente y tomando contacto con los orígenes de cada ingrediente desde una actitud de aprendizaje, de juego, de crecimiento, de generar vínculos a través del hablar.

A través de 3 jornadas de preparación, nos encontramos con diversas personas y proyectos que están trabajando o viviendo en relación a nuestra propuesta, compartiendo desde la conversación espontánea lo que hacemos, desde dónde lo pensamos, descubriendo cómo nos encontramos vinculadas personas, tierra, proyectos. Viajando y conviviendo con los proyectos que visitamos, teníamos en la cabeza poder prestar atención a los medios de producción y distribución alimentarios, a la relación con la tierra, al trabajar con las manos, a los modelos de eco-soberanía alimentaria y eco-feminismos rurales, al resistir desde el cuidar, a las culturas vivas, a la memoria de nuestras abuelas. Por eso, organizamos visitas a los proyectos que están desarrollando algunxs de nuestrxs amigxs allí: ComoCabras, la bodega Marenas y CulturHaza y aprovechamos para acercarnos a trabajadorxs del pan, abuelas que han crecido en la provincia, colectivos feministas, personas que están pensando el lugar y tienen prácticas artísticas no institucionalizadas en la ciudad, personas que están pensando el espacio público, personas que están pensando en la conservación de la memoria, personas que están especulando sobre otros modos de vivir.

El proceso de investigación/experimentación artística terminó en la preparación colectiva de unas migas en un espacio público, la Plaza de San Andrés. Invitamos a todxs lxs visitadxs y a demás personas con ganas. La propuesta era conectar a través de cocinar: crear un espacio común donde compartir saberes y sabores, emociones, afectos y alimentos. Hablar de pan, de su recuperación, del cultivo y cuidado de la tierra, de la preparación de ingredientes en relación al territorio, de comida compartida en el espacio público, de memoria, de la transmisión de aprendizajes de manera no dirigida, espontánea, a través de una fiesta.

El proceso de investigación/experimentación artística terminó en la preparación colectiva de unas migas en un espacio público, la Plaza de San Andrés. Invitamos a todxs lxs visitadxs y a demás personas con ganas. La propuesta era conectar a través de cocinar: crear un espacio común donde compartir saberes y sabores, emociones, afectos y alimentos. Hablar de pan, de su recuperación, del cultivo y cuidado de la tierra, de la preparación de ingredientes en relación al territorio, de comida compartida en el espacio público, de memoria, de la transmisión de aprendizajes de manera no dirigida, espontánea, a través de una fiesta.

Lecturas en voz alta durante la preparación de las migas
La Plaza de San Andrés

Agripino y la flor del Ajo Elefante

Pan duro | el Graner | 20.09.19

En el marco del ciclo de acciones artísticas BoomBeta2019 del Graner, trabajamos para conocer el tejido feminista, de cuidados, de resistencia política y de trabajo social del barrio de La marina. Conocimos a las manos vigorosas del Casal de Gent Gran La Capa, las manos abiertas del Casal de barri La Vinya, las manos entrelazadas de la Taula de dones de La marina, las manos que tocan fino del Graner  y muchas otras que vinieron y amasaron Pan duro, memoria y conversaciones sobre vida que se superpone.

Conocimientos poderosos al alcance de todas, saberes que volaban por el aire desde las bocas parlantes de las mujeres que cocinan y estas cocinas espontáneas, en un jardin de barrio inesperado, se ponen en el centro de todo para volver a empezar. A(migas) y vecinas, una narrativa incodificable.

Pan duro | Sala Apolo | 16.12.19

Cuando empezamos a imaginar con Esther y Patricia de Ventú un espacio de comida en sus fiestas, dimos con una idea que abrazaba a todas las demás: podemos aproximarnos las unas a las otras si tenemos un tiempo y un espacio. En tanto que próximas y festivas, seríamos nutritivas y cooperantes.

Entonces pensamos en quedar para cocinar unas migas extremeñas antes del concierto de los Ganglios. Montamos un espacio de cocina colectiva en la Sala Apolo donde se aproximaron más de 200 personas a remover pan mojado en agua bendita y pimentón, a freir ajos y pimientos y a escuchar el rezo infinito que es Jonás de Murias. Después comimos y bebimos.

Posted in Proyectos artísticos